enero 11, 2007

Sobre la no búsqueda de identidad

“La esencia de la civilización consiste no en la multiplicación de los deseos, sino en su deliberada y voluntaria renunciación.”

Mahatma Gandhi

Acabo de regresar de la plática del Lama Rampa. Hablo sobre la Vacuidad, el No-Yo. Me encantó y sobre todo, pude entender. Mi poca experiencia como antropóloga me permitió hacer relaciones y asociaciones con algo parecido a lo que nos sucede cuando tratamos de conocer al otro, de saber quién es, cómo se comporta, cómo piensa, cómo habla, qué construye y luego intentamos dar una explicación o interpretación sobre su cultura, diferente a la mía.

Como sabes, para llegar realmente a conocer quien es el otro, deshechas hasta donde puedas prejuicios y visiones preconcebidas, buscas incansablemente “la esencia de los real”, pero no a través de sus “apariencias”, de sus formas físicas o modalidades de existencia. En mi interior persiste un deseo de conocimiento “real” que me obliga a no dejarme llevar por las puras representaciones físicas formales. Asimismo, trato de adaptarme a condiciones de subsistencia, a veces precarias, a pesar de que ello pueda causarme sufrimiento o miedo, por lo menos no muero en el intento. Mantengo el propósito de trascender mis visiones que distorsionan la “realidad”. A pesar de lo incómodo que me pueda resultar el estar con esa gente y en dicho lugar, hago el esfuerzo por que mis percepciones sensoriales y emocionales no me conduzcan por el camino equivocado. Constantemente realizo un ejercicio de reflexión, elaboro incansablemente preguntas y dialogo con mis pensamientos, tratando de no enjuiciar de como la otredad se me representa.

El No-Yo, la talidad, la modalidad de existencia es aceptar que existe la no-identidad ¿qué es el Yo? a través de vivenciar como es que mi mente me conduce a pensar que soy y estoy permanente en este mundo y que soy un ser unitario e independiente, es que logro ofrecerle una identidad a mi ser. Pero, realmente se trata de puras “referencias” no reales. A distintos niveles de reflexión y después de mucho trabajo podemos lograr desmenuzar el Yo hasta acceder a su “última unidad mínima de existencia”, llegar a descubrir/experienciar (vivir la experiencia) que puedo trascender dicha división/separación libera mi mente y se aclara, dando como resultado un corazón abierto lleno de compasión, amor y humildad hacia mis congéneres. "Cuando lo ves, ahí está. Cuando lo buscas no lo puedes encontrar, no está ahí".