Han pasado
2 años intensos de mucha reflexión, agobio, angustia y ansiedad, lo cual me tuvo paralizada, llena de miedo e inseguridad. A pesar de ello, tuve la valentía de "mirar" hacia mis adentros, de enfrentar mis enfermedades, de asumir mis limitaciones, de reconocer mis errores. Desde la soledad y el aislamiento pude surgir renovada, en el silencio de mi pensamiento encontré la paz anhelada...
De pronto, las personas del ayer reaparecen, nos volvemos a cruzar por el camino. En cierto momento las circunstancias del devenir nos apartaron, no nos despedimos, simplemente cada quien tomó su
maleta y abordó un tren con destino distinto. Curiosamente, nos topamos en la misma estación y al reencontrarnos nos reconocemos diferentes. Por las huellas del tiempo transcurrido que han quedado plasmadas en nuestro cuerpo, reconocemos al instante que nuestra persona ya no es la misma; sin embargo, nos percibimos como los mismos, como lo que fuímos en el pasado.
Como resultado de la causalidad, por los vínculos generados en el pasado y por las condiciones del presente, nuestras
vidas se vuelven a intersectar. El condenado hábito de hablar del YO nos conduce a platicar de lo que hicimos cuando trabajabamos juntos, de las personas que conocimos, de lo que ha sido nuestra existencia desde que nos alejamos, de los acontecimientos sociopolíticos y económicos que vivimos en la actualidad; por supuesto, el tema de preferencia es nuestra profesión, los proyectos que nos ocupan, y para rematar de lo que ocurre en el centro laboral donde alguna vez fuímos los actores protagonistas
Claudia y José Luis fueron mis compañeros de trabajo, mis "jefes" inmediatos. Yolanda la asistente de la "jefa". Junto a ellos aprendí a trabajar para una institución del gobierno. Era funcionaria del INBA. Cada uno desde su "puesto", detrás del escritorio defendimos posturas e ideales, en algunas ocasiones fuímos tan aferrados que llegamos a enojarnos. Por supuesto, ganaba la de mayor jerarquía; ella, la que tenía el "sartén por el mango" nos imponía el rigor de la política institucional. Fueron muchas reuniones interminables de análisis, éstas nos llevaron a generar estrategias educativas, así, realizamos acciones que creíamos irían a cambiar el mundo. Después de pocos aciertos y muchos fracasos, me harté, salí golpeada y me fuí....
Comí con Claudia y Yolanda, a la "jefa" no se le quita el aire de funcionaria, el traje de compromiso político es el que mejor le queda, hablamos de la situación actual del país, del INBA y de las nuevas autoridades. Me enteré muy poco de su vida interioA la distancia, reconozco y renuevo la amistad de aquellos personajes que jugaron un rol interesante en una etapa de mi vida. Me doy cuenta de la transitoriedad, ellos han cambiado, yo he cambiado; no obstante, nos vivimos como los mismos y pensamos que nos comportamos igual.
Me parece que, si tratásemos de desechar la identidad que nos define nos generaría inseguridad y miedo, sentimos que perdemos "aquello" a lo que le hemos invertido mucho esfuerzo en atesorar. Nos sentimos importantes, únicos y necesarios que requerimos de demostrar que somos "alguien".
El camino por donde he andado últimamente me permitió reconstruirme, deseché etiquetas, me aparté de lo que se me había asignado. Miré hacia mis adentros y encontré otro potencial existencial...
1 comentario:
Que saludable ... escribir, describir, reflexionar, analizar ... mutamos ... cada día somos un poco diferentes, ojalá mejores te quiero.
Has vivido de todo, trabajo, trabajo, mas trabajo, y mas solo siempre diferente y eso Maira es muy chido!
Al final nos adaptamos a cada situación y la vivimos de la mejor manera, tratando de aprender y ser congruentes.
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